A veces, sólo a veces, hace falta
encender una velita y prepararte una infusión con mucho amor. El mismo amor
propio que te debes a ti mism@ de vez en cuando. Quiérete mientras suena esa
canción de fondo y sonríe por esas pequeñas cosas del día a día que tantas
veces pasan desapercibidas.
A veces, sólo a veces, necesitas
PARAR o disminuir la marcha. Encontrarte a ti mism@ en el camino que
puntualmente se ha vuelto más siniestro y tortuoso si cabe. Pero el camino, con
suerte, será largo. Y no siempre va a ser igual, ¡qué monótono sería entonces!
Tras la cuesta viene la bajada, y
con ella la satisfacción del descanso y la satisfacción de haber alcanzado esa
cumbre que las circunstancias han puesto en tu camino.
A veces, sólo a veces, hace falta
llorar. No es necesario esperar a “ese día del mes”. Puedes llorar hoy si es lo
que quieres. Llorar de alegría, de tristeza, de añoranza, de miedo… Pero
llorar. Llorar porque acabas de recibir 3 cartas tres días antes de lo
esperado. O porque acabas de descubrir que a tu perro le gusta el melocotón. O
porque hace una temperatura tan perfecta que te sientes a gusto con la ropa que
llevas, ni frío ni calor.
¿Cuántas cosas del día a día
pasan desapercibidas? ¿Y esos pequeños gestos que hacen grandes a la gente?
¿No os da la sensación, a veces,
de que el tiempo pasa demasiado deprisa? ¿Qué has hecho hoy que sea especial
respecto a ayer? ¿Y mañana, qué vas a hacer?
Ya lo dicen desde antaño: “Nos
pasamos la vida esperando a que pase algo y lo único que pasa es la vida”.
“Seré feliz cuando me saque el
EIR”
“Seré feliz cuando tenga trabajo”
“Seré feliz cuando forme una
familia”
“Seré feliz cuando (…)”
Pero lo cierto es que no hay
mejor momento para ser feliz que ESTE. Sí, lo sé. A veces, sólo a veces, es mucho
más difícil ser feliz. La cuesta no termina nunca y no ves el final… pero que
no se te olvide: tiene un final.
¿Y qué voy a hacer mientras
llega? Eso, por suerte, lo decides TÚ.
¿Os suenan esas abuelitas que se
pasan el día quejándose de cuánto les duelen las piernas mientras meriendan en
el sillón mirando una telenovela? Que se quejen, claro que sí, están en su
derecho. Pero hay otra manera y la decides tú.
Imagina que mientras estás
leyendo esto tienes a OTRO TÚ a tu lado, en blanco y negro, observándote. Tu
continúas leyendo y notas su presencia, pero no le ves. ¿Cómo crees que te ve
ese TÚ? ¿Te gusta esa imagen, esa idea?
* * *
Hace tiempo que decidí escribir
lo que me apeteciese, cuando quisiese. La entrada del papeleo de UK queda
pendiente, pero a veces… sólo a veces, necesitas escribir otras cosas.
No sé si se podría decir que esta
es la peor época de mi vida. ¿Pero sabéis qué? Que ni yo soy la abuelita que se
sienta frente a la telenovela mientras se queja, ni a vosotros os interesa mi
vida privada ;)
Sólo puedo decir que los sucesos
vitales importantes marcan un antes y un después, te hacen ser distint@ y
sobretodo… CRECER.
Por unas cosas u otras me ha
tocado vivir momentos increíbles que no cambio por nada y otros que no lo son
tanto, como a ti mism@ que me estás leyendo ahora.
Cuando consigas sacarte el EIR
(sí, ¡lo conseguirás!) mirarás atrás y pensarás que todo ese camino ha merecido
la pena. Te subirá la autoestima, te enorgullecerás de ti mism@ y sabrás cuánto
potencial hay en ti.
El EIR es sólo uno de los cientos
de ejemplos que nos va presentando la vida a lo largo del camino. Y por muy mal
que se pase en el camino, al final siempre habrá algo que te diga “pues sí,
mereció la pena”. Porque es ese ALGO el que nos impulsa a seguir ascendiendo
por esa cuesta mientras se nos acelera el corazón y el pulso.
Cuando sientes que te falta el
aire, que la sangre te bombea en cada una de las partes de tu cuerpo. Cuando
notas ese aumento de termperatura corporal durante el esfuerzo físico… El
sudor comenzando a asomar por la espalda, resbalando después por la columna
vertebral… Sí, todas esas cosas. A veces, sólo a veces, son necesarias.
Después del ascenso vendrán las
agujetas, que también las hay. Pero serán esas agujetas las que nos hagan ser
de un modo u otro. Son esas agujetas las que cambian a las personas. Pero ¿por
qué tienen que ser malas? No son más que el recuerdo de un esfuerzo que has
logrado vencer tú sol@ o acompañad@, pero que has logrado.
¿Conoces la canción “Beauty from
pain”, de Superchick? Yo tampoco la conocía hasta hace poco (la tienes un
poco más arriba). [“Beauty” es belleza y “pain” es dolor]. No
necesariamente tiene que ser un dolor físico, sino más bien ese dolor que no se
ve pero se siente. Podemos verlo como la oportunidad que nos ha dado la vida
para madurar, valorar más las cosas y ser feliz aún con las adversidades más
grandes que nunca pudiste imaginar.
Porque recuerda: a veces, sólo a
veces, es necesario. Y así es cómo sin decirte nada, te lo digo todo.
Si has llegado hasta aquí
comenta… lo que quieras. Hoy no es uno de esos días “lechugas” ni “zanahorias”
ni “salchichas”. Hoy es un día como para comentar lo que os venga en gana, si
es que os apetece ;)
Un abrazo,
María.
2 comentarios:
a veces, sólo a veces, pasan cosas mágicas en nuestras vidas para sacarnos esa alegría y darnos esa chispita que necesitamos para coger impulso, en una de esas veces mágicas empecé a leer tu blog, no hace mucho, y sabes??eres genial!!!eres como mi voz interior, lo q yo pienso pero no sé decir ni escribir, o si lo digo o lo escribo no me queda tan bien como a ti :) asiq...muchas graciias por compartir todo lo q has compartido desde q empezaste tu blog, voy leyendo por enero 2011...aún no has cogido plaza ;) pero cada palabra tuya me ha sacado lágrimas y sonrisas, y sin conocerte me caes bien, y eres un apoyo en mi camino hacia el EIR2014, graciias de verdad!!!
a parte de compartir todas tus palabras también comparto tu nombre :) asiiq ánimo con tu momento de bajada, piensa en toodo lo q vas a crecer y el bien q vas a hacer a l@s q estamos a tu alrededor!
un abrazoo reconfortante!
Hola MARIGO. Leí tu comentario ayer mientras andaba por la calle y no pude evitar emocionarme y sacar alguna lagrimilla, a plena luz del día.
Lo volví a leer una y otra vez y continuaba emocionándome. Gracias. Fue una de las cosas bonitas del día de ayer que me sacaron una sonrisa.
¡Te deseo un muy feliz día!
María.
Publicar un comentario