sábado, 20 de octubre de 2012

34. ENSALADILLA RUSA



     Hacía tiempo que tenía ganas de escribir, de contaros todo lo que he vivido últimamente. Quienes me leéis a menudo habréis podido ver que últimamente escribía más frecuentemente que antes, y es que de un modo u otro estos meses están siendo intensos. No sé qué voy a hacer el día que me vea sin todo este ajetreo y la rutina de cada día, creo que puedo volverme loca… jajaja. Soy una de esas personas súper activas que necesita tener siempre algo que hacer, proyectos en mente.

                              CANCIÓN: "Don't look back in anger", de Oasis. Le viene ni que pintao! 


   Pues eso, me han pasado varias cosas y una de ellas es que ¡HE TERMINADO EN PARITORIO! Increíble pero cierto… Me da miedo sólo de pensarlo y por eso intento autoconvencerme de “tranquila, María, que harás más guardias…”. ¿Sabéis lo que es pensar que la próxima guardia será trabajando como matrona? ¡Aaaah! ¡Me mueroooooo! Así que me dejé dos guardias pendientes para poder hacerlas un poco antes de terminar y que no haga taaanto tiempo desde el último parto, y a parte de eso tengo intención de hacer algunas guardias más aunque no las cobre. La verdad es que a medida que ves que se va acercando el momento de terminar te entra ese gusanillo en el estómago que ufff. Supongo que a mis compis les pasará igual J

  Quién nos iba a decir que íbamos a vivir tantas cosas, que nos iba a pasar el tiempo tan rápido y que ni siquiera podríamos asimilar todo lo que hemos vivido en tan poco tiempo. De verdad, si alguien alguna vez os dice que “el EIR hay que vivirlo” no se equivocan, sólo por eso ya merece la pena seguir luchando. Me acuerdo de una resi que vino a hablarnos un ratillo sobre su experiencia en una de esas tardes de sábado en CTO y dijo más o menos esas palabras. En ese momento me moría de envidia por estar en su lugar y no paraba de pensar lo afortunada que había sido esa chica por poder estar donde está. Y ahora resulta que esa chica soy YO. Ha pasado un año y medio, pero a veces sigo sin creérmelo. Cuando algo cuesta TANTO de conseguir, la recompensa es inimaginable.


    Me fui de mi “última” guardia súper contenta. No hice ningún parto, cosa que no es infrecuente y de hecho ni yo ni ninguna de mis compañeras llegamos al número mínimo de partos que nos exige el Ministerio, pero llevé yo sola a una mujer y me fui de allí orgullosa de mi trabajo. Me encantó tener la oportunidad de tener a esa mujer “sólo para mí” (qué avariciosa soy jaja) y poder tomar decisiones por mi propio pie, siempre consultándolo con la pareja y de vez en cuando con los profesionales que me acompañaban en mi labor de matrona residente. Me aseguré de que esta futura madre y futuro padre tuviesen el parto que ellos deseaban, y con “parto” no me refiero sólo a la fase de expulsivo sino a todo el proceso de parto en sí desde que ingresan hasta que se van. Yo llevé toda la dilatación y la dejé a puntísimo de caramelo (siento si a alguien le molesta la expresión, pero es que es así) y me dio mucho coraje no poder culminar con su parto, que ya hubiese sido todo un regalo. Fue una de esas parejas con las que compenetras un montón y que te entiendes con pocas palabras, cuando esto sucede se respira la magia en el ambiente.
   Me planteé quedarme aunque ya hubiese terminado mi turno, pero al día siguiente me levantaba a las 04:15h de la mañana para coger un avión e iba a ser que no era muy posible… J Pero entró de guardia una compañera, también resi de segundo y no me supo mal dejar a esta mujer en sus manos, ¡me hizo hasta ilusión!

   FOTO: Parto en el agua. No viene a cuento, pero ya sabéis cuánto me gustan estas fotos...

    Como anécdota, que sé que os gustan mucho, puedo contaros la siguiente situación:

YO: Bueno Marina, estás a 4-5cm de dilatación, vas genial y lo estás haciendo muy bien. En cuanto a los tactos vaginales intentaré hacerte los menos posibles, para no molestarte y que puedas descansar porque además tampoco es necesario hacerlos cada dos por tres viendo que todo va bien.
MARINA: Vale, muchas gracias.

Pasa 1h y media –obviamente antes de esa 1h 30’ fui entrando varias veces- y vuelvo a entrar a la habitación, no sin antes llamar a la puerta:
YO: Ya estoy aquí de nuevo, ¡seguro que os habréis cansado de verme!
MARINA: Qué va, para nada, tranquila.
YO: Pues si te parece bien vamos a hacer lo que te he comentado antes, voy a hacer un tacto ahora que se acerca el cambio de turno para poder decirles cómo estás.
MARINA: Genial.

Y me dispongo a hacer el tacto. Y lo que toco allí me sorprende tanto que, literalmente, no puedo articular palabra.
MARINA: ¿Pasa algo, María?
YO: Eeh… Sí, sí que pasa. –Le contesté yo sonriendo.
Marina me mira impaciente por saber qué era lo que pasaba.
YO: Pues lo que pasa es lo siguiente: que te voy a coger la mano para que le toques la cabeza.
MARINA: ¿Cómo? ¡Imposible!
YO: ¿Dónde está tu marido?
MARINA: Se ha ido a por agua, ahora viene.

   Le expliqué que faltaba muy poquito, que ya estaba en dilatación completa (10cm) y que no sólo eso, sino que había bajado a un II-III escalón (lo que nosotros llamamos “planos de Hodge”) y que eso en primíparas (mujeres que no han parido nunca) era todo un hito, que no era lo habitual que fuese tan súmamente rápido. Por otro lado el monitor es que no hacía ni media tontería, el bebé estaba en su salsa y como si nada. Es muy habitual ver “bradicardias de expulsivo” que suelen coincidir con las contracciones y sobretodo cuando el bebé ya está muy abajo, pero es que esta niña en concreto nada de nada, ahí tan a gusto.
   Volví en poco tiempo para ver si el marido había vuelto ya y así fue, allí estaba. Acaloradísimo y con el móvil en la mano, en aquel momento supuse que Marina le había mandado un WhatsApp… J Menudo susto se llevaría el pobre.

YO: Bueno Ramón, ella ya le ha tocado la cabeza. ¿Encendemos la luz y miras de qué color tiene el pelo? –Tengo la mala costumbre de dejar la luz ténue o apagada, creo que se relajan mucho más.
RAMÓN: Sí, ¡por favor!
YO: ¿Lo ves? Eso de ahí es la cabecita de tu hija.
RAMÓN: Ostras, sí, ¡es verdad! ¡Qué fuerte! –Y dirigiéndose a su mujer prosiguió- Cariño, es increíble, ¡ya está aquí!
YO: Marina, ¿qué te parece si hacemos algunos pujos para probar? Así veremos si va bajando bien la cabecita.
MARINA: Me parece bien.

Le expliqué cómo tenía que hacerlo, que en partos naturales (sin epidural) no suele hacer falta porque les sale natural hacerlo, pero cuando llevan anestesia puede costarles empujar si están muy dormidas. Acto seguido nos pusimos a empujar todos juntos: ella, el padre y yo J (ya sabréis a qué me refiero con empujar juntos cuando tengáis que pasar por ahí… jeje).
   La decisión de no quedarme a “hacer” el parto fue también a raíz de ver que a la niña todavía le faltaba un poquito más de tiempo para bajar y que perfectamente podría ser una hora. Así que cuando llegaron mis compañeras del turno de noche les expliqué el caso lo mejor que pude y me despedí de aquella pareja.

YO: Marina, ni te imaginas la pena que me da irme a casa sin conocer a tu hija.
MARINA: Me hubiese encantado que estuvieses en el parto…
YO: Me quedaría, ya lo he hecho otras veces, pero hoy es imposible…
MARINA: Si quieres te mando una foto de la niña cuando nazca.
YO: ¿De verdad? ¡Qué bien!

Y al cabo de una semana recibí tres fotos: una en paritorio justo al poco de nacer, otra dormida en la cunita con el “uniformito” del hospital y otra que supongo que ya era en casa, con ropita rosa y una diadema súper graciosa. Me hizo mucha ilusión y no me sorprendió que tardase 7 días en mandármelas después de vivir –en segunda persona- lo que es parir y ser madre… Todo ese descontrol, ese jaleo de vida en la que no tienes tiempo ni de cagar.

   FOTO: Cesárea CON AMOR. Todavía no entiendo por qué no pueden ser todas así... 

    Después de todo eso hice varios viajes porque me iba de boda con mi niño –y no, no era la mía-. Era una boda de esas que te hacen ilusión, de una amiga de la infancia que además era la primera que se casaba. La ciudad era preciosa, ni mi novio ni yo habíamos estado nunca, y la boda en sí fue súper emotiva. Sí, fue la “típica” boda tradicional, pero soy así de antigua… jaja. No sólo fue la boda sino el día de antes, que nos juntamos todas las amigas y nos encargamos de hacer la pre-boda por todo lo alto J Fueron dos días muy intensos, mágicos e irrepetibles. Con mi novio he estado súper a gusto, como siempre, y cada día que pasa me da la sensación de que le quiero más. Y yo que cuando le conocí pensaba que no se podía querer más a una persona…
   Eso sí, genial con la regla: me vino de camino al hotel. Y encima tengo ciclos largos, casi cada 40 días, ¡pero justo tenía que bajarme en ese momento! En fin…


   A parte de eso han habido más cosas como por ejemplo que he empezado un nuevo rotatorio, y con muchas ganas. Ahora estoy en RIESGO. ¿Que qué es “riesgo”? Pues es un rotatorio en el que ves todo lo que no has visto cuando estabas en primaria con el seguimiento al embarazo de bajo riesgo J Pero además de eso también vemos otras cosas que me parecen igualmente importantes: como consulta de mama y de oncología ginecológica, entre otras.
   Las embarazadas de riesgo que visitamos son aquellas con una enfermedad importante como pueda ser la diabetes de cualquier tipo, cardiopatías, malformaciones fetales, gestaciones múltiples, etc. En cuanto a las diabéticas, decir que se visitan también con el endocrino y con una enfermera que controla un montón con el tema dietas e insulina. Precisamente hoy he estado con una de estas enfermeras que pasan visita en la consulta de al lado del endocrino y me ha encantado. El trabajo en sí me ha parecido interesante, pero es que además la mujer era súper agradable  y me ha dejado hacer bastantes cosas aún sin conocerme de nada. He aprendido cosas nuevas y estoy segura de que volveré algún otro viernes para completar la formación.

   Lo bueno de este rotatorio es que puedes ponerte cada día en una consulta distinta y no siempre es lo mismo: unos días mama, otros obstetricia, otros (…). Creo que puedo sacar muchas cosas positivas de aquí y voy a intentar aprovecharlo al máximo.


    Y nada niñas, qué más contaros… Que cuando acabe este rotatorio me voy a sentir MUY rara porque el próximo rotatorio (que será en centro de salud) será EL ÚLTIMO. Es decir, después de ese rotatorio ya no tendré ninguno más sino que acabaré ahí. Ahora me parece “lejos”, pero en cuanto empecemos el año 2013… :S ¡Qué mieroo, Señooh!


   La semana que viene tenemos “Semana Fantástica” y no es precisamente la de El Corte Inglés, sino “la Fantástica Semana de clase”. Y la llamamos así porque supone desplazarnos muchos kilómetros ya sea en coche o en tren media distancia + cercanías + metro. Madrugamos un montón y volvemos a casa tardísimo para volver al día siguiente, y así durante 4 días. El resto de semanas sólo vamos los jueves. Creo que os podéis hacer una idea de por qué las llamamos “Fantásticas”…

   
   Por lo que a esta noche respecta, toca peli de miedo + pizza + cervecita + palomitas + heladitos mini cono. Vienen algunas resis de matrona y otras de comunitaria (¡AQUÍ SOMOS AMIGAS! ¡Y NO NOS PELEAMOS! Eso sí, como me roben MIS palomitas, ahí sí que hay sangre…). Me da morbillo ver pelis de miedo, pero después estoy cagadísima durante unos cuantos días (¡masoquismo puro y duro!). Además es que me asusto por nada, y sino que se lo digan a mi novio y a su pobre brazo al cual me agarro como si me fuese la Vida en ello.

   Mañana a las 21h iré a un espectáculo visual en el teatro municipal de aquí, también con algunas resis de matrona y el novio de una de ellas (muy majo, por cierto, y también Opositor EIR).
   La semana que viene tendré en mi casita a mi resi mayor preferida, ¡qué ganas tengo de volver a verla! También vendrá su novio J. El sábado tenemos cena de cumple con algunas resis. A la siguiente tenemos cenita todas las matronas residentes junto con algunas resis de gine que también se apuntan. Creo que estará genial. Para entonces será fiesta local y creo que nos hemos juntado unas 15 personas al final, esto promete.

    FOTO: Gemelos :) 

   ¿Sobre el título? Fácil: no se me ocurría nada mejor y es lo primero que me ha venido a la cabeza. Y a ti, ¿te gusta la ensaladilla rusa? ¿O eres más de tortilla española?
¡Déjamelo aquí abajo en un comentario! J


          ¡Os supermegahiperrequetequiero!


María.