domingo, 29 de enero de 2017

62. A PROPÓSITO DE UN CASO: TRES AÑOS DESPUÉS



Hace casi dos años de la última entrada en el Blog y parece que va siendo hora de retomar el asunto, ¿no?
Puede que lo que más me haya sorprendido es que a pesar de la inactividad por mi parte hacia el Blog, éste ha continuado recibiendo muchísimas visitas y comentarios ya sea directamente en el Blog o haciendo referencia a él en el Facebook de
PROYECTO MATRONAS

La de veces que me habéis dicho que os encanta, que os ayuda un montón e incluso me habéis llegado a decir que ha sido un antes y un después en vuestras vidas (espero que a mejor). Pues qué queréis que os diga... que ¡GRACIAS! Sin duda esto no tendría sentido si vosotras no estuvieseis ahí, al otro lado ;) 

* La canción que podría acompañaros en esta lectura ;)

Dejémonos de rollos y vayamos al grano: me va a venir la regla. Sí, y además está lloviendo. Así que tengo todas las papeletas para estar hipersensible e hiperllorona. 
Menuda guardia la de anoche, señores y señoras. Entre otras muchísimas cosas tuve que resucitar a un recién nacido durante los que parecieron los once minutos más largos de mi vida
Fue una resucitación eficaz que pude llevar a cabo gracias al curso de resucitación neonatal que me pagó el hospital inglés en el que trabajo. No un curso cualquiera, qué va. Un pedazo de curso de los que te cambian la vida o al menos profesionalmente hablando. 
¿Creéis que en España hubiese tenido la oportunidad? Yo creo que no. 

Pero no sólo esto, sino muchas otras cosas. Tampoco creo que en España hubiese tenido la oportunidad de CRECER como Matrona tantísimo como lo he hecho aquí en el Reino Unido. 
No os voy a mentir, no ha sido un camino de rosas y hay días en los que sólo quiero meterme en un agujero y no salir. Pero en general estoy súper contenta del paso que tomé hace tres años y cómo no, muy orgullosa de cada meta conseguida. 

Ahora soy una de las “senior midwives”, lo que viene a decir que he subido bastante de categoría profesional desde que empecé. Ahora me ponen al cargo de la planta de maternidad de vez en cuando, me piden que enseñe a las matronas nuevas y veo que van dándome más responsabilidad poco a poco. 
Hace unos meses incluso me pidieron que hiciera la entrevista para ser coordinadora de paritorio, a lo que dije que no porque no me veo preparada sobretodo por la barrera del idioma. 
Claro que sé hablar inglés... ¿pero tanto? ¡Casi que prefiero esperarme un poco más antes de adquirir tanta responsabilidad!


Cambiando un poco de tema, me preguntáis muchísimo sobre la matronería en Inglaterra. Son tantas las diferencias que no sabría por dónde empezar. Yo sólo puedo hablar desde mi punto de vista y mis vivencias personales. Ya sabéis que mis dos años como matrona residente no fueron un camino de rosas, sobretodo porque muchas -que no todas- de las prácticas que se llevaban a cabo en el hospital donde me formé iban en contra de mis principios y de lo que yo creía que era mejor para las mujeres, sus bebés y sus familias. 

En días como hoy doy GRACIAS por estar donde estoy. Sí, lejos de mi familia. Iba a escribir “lejos de mi casa” pero he tenido que borrarlo. Hace ya tiempo que asimilé que mi casa es ESTA, desde donde os escribo estas líneas. Es difícil aceptarlo y a mí me ha llevado mucho tiempo, más del que hubiese querido, pero al final ese momento llega y se llama Aceptación


FOTO: Partos íntimos y respetados

Claro que me gustaría volver al país donde nací, donde tengo a todos los míos y donde se come el mejor jamón y las mejores paellas. Pero todo llegará y hasta entonces voy a intentar seguir viviendo la vida lo mejor que pueda :)


Son tantísimas las cosas que he vivido como matrona que no sabría ni por dónde empezar. Lo que sí está claro es que soy una matrona completamente DISTINTA a la de hace tres años. Esa matrona inexperta y asustadiza ha desaparecido para dar lugar a una matrona segura de sí misma que quiere seguir aprendiendo día a día. 

Desde acompañar un parto gemelar de 21 semanas en las que los bebés pasaron su media hora de vida haciendo piel con piel con su madre, hasta lidiar con puras emergencias como distocia de hombros y verdaderas hemorragias postparto en las que la vida de la mujer pendía de un hilo. 
Por suerte no todo han sido casos tristes o de alto riesgo sino que también he podido disfrutar de los partos de bajo riesgo en el agua o en la intimidad de una habitación de hospital que intenta parecerse lo más posible al salón de tu casa. 
Qué de partos bonitos me llevo en la mochila y todos y cada uno de ellos quedan plasmados en mi libreta de Partos. 

Me planteo cada mujer y cada bebé como un reto e intento dar lo mejor de mí misma para que esa experiencia sea la mejor de sus vidas. Y el problema es que con este grado de implicación, soy TAN llorona que muchas veces me cuesta disimular esos ojos llorosos en el trabajo. 
Este trabajo sin duda es PASIÓN, te remueve T-O-D-O y a veces llegas a casa hecha un lío de emociones. También es una montaña rusa en la que pasas de la felicidad más absoluta a la pena más amarga. Pero qué bonito poder estar ahí, al lado de la mujer. 

Apoyar a las mujeres sin interferencias. Sin médicos que irrumpan en la habitación sin preguntar. Con protocolos que respetan los tiempos de los bebés y sus madres. 

Sin duda alguna, esta es la matronería que siempre había imaginado y gracias a ser emigrante he podido vivirlo en primera persona, con sus más y sus menos.


FOTO: Acompañamiento en el proceso de duelo. Foto de la hija de una compañera del trabajo http://www.hollyslegacy.com


Quejarse de que “no hay trabajo en España” o de que “ojalá pudiese estar de tapas en El Barrio de mi pueblo” no te lleva a ningún lado. El camino se hace andando y por suerte he llegado al punto en el que puedo por fin disfrutarlo. 


Que nadie os diga que parir es tener una vía porque sí, estar atada constantemente a un monitor, tener tantos tactos vaginales cada hora o sufrir partos instrumentales “de docencia”. Que no os digan que la matronería es parir por cesárea sin acompañante en quirófano o una UCI neonatal con visitas restringidas. 
Que no os digan que el progreso normal de parto es 1cm cada hora y que el parto debe producirse como mucho tras una hora de pujos bajo supervisión médica ya sea directa o indirecta. 

FOTO: Cesáreas humanizadas

Que no os digan que en el parto eutócico se necesita a un ginecólogo, a un residente de ginecología, a una auxiliar, a una segunda matrona, a una enfermera y a Paquito el Chocolatero que pasaba por allí. Para un parto normal sólo se necesita a una mujer embarazada de parto y a una matrona, nadie más a no ser que así lo decida ella.


Y si os lo dicen, levantad la cabeza y contestadles: Ser matrona es mucho más que eso. 




Maria